¿POR QUE DEBE
EXTRAERSE UN DIENTE?
Cuando no existe ninguna posibilidad de
tratamiento conservador de un diente, es necesario recurrir a su extracción.
Con frecuencia las extracciones son temidas por el paciente incluso más que
otras intervenciones quirúrgicas no relacionadas con la boca. El avance de las
modernas técnicas de anestesia local hace que en la actualidad las extracciones
puedan ser realizadas sin ningún tipo de dolor y con el menor grado de molestia
para el paciente. Por otro lado, si hay cierto grado de miedo a la
intervención existen una gran variedad de fármacos que permiten que el paciente
esté relajado durante el acto operatorio y no esté en tensión o con
nerviosismo.
La causa más frecuente por la que debe ser extraído un
diente es la destrucción por caries, y es un segundo lugar la causante es la
enfermedad periodontal (la piorrea). Sin embargo, existen otras situaciones en
las que es precisa la extracción de un diente, aunque son menos frecuentes que
las dos anteriores:
· Dientes
fracturados: Cuando se produce un traumatismo en la cara
puede ocurrir que alguno de nuestros dientes sean afectados. Si esta fractura o
rotura se produce en la raíz, por debajo de la encía, no es posible restaurar
el diente o muela, por lo que hay que extraerla.
· Extracción de dientes sanos para realizar
tratamientos de ortodoncia: Ante una
malposición de los dientes que necesiten ser alineados mediante un tratamiento
ortodóncico, puede ocurrir que haya una importante falta de espacio. En estos
casos la única manera de conseguir espacio suficiente para la correcta
colocación de nuestros dientes es la extracción de alguna pieza dental,
generalmente los primeros premolares.
· Extracción de dientes para
facilitar la construcción de una prótesis: Un diente o muela en una malposición puede dificultar la colocación de
una prótesis para poder rehabilitar los maxilares.
· Dientes temporales retenidos: Si los dientes deciduos o "de leche" no se
recambian a su debido tiempo, pueden provocar una alteración en la posición o
erupción de los dientes definitivos, por lo que deben ser extraídos.
· Dientes incluidos (no erupcionados): Los dientes incluidos son dientes que no han
erupcionados durante su período normal de erupción. En estos casos debemos
descartar cualquier tipo de patología y realizar una radiografía panorámica
para poder determinar la causa en este retraso de la erupción.
Las inclusiones más frecuentes son las de los cordales
(muelas del juicio) superiores o inferiores y la de los caninos (colmillos),
sobre todo en el maxilar superior. Los problemas en la erupción de los cordales
es muy frecuente, y esto es debido a que en la evolución del hombre, el tamaño
del maxilar superior y de la mandíbula ha ido disminuyendo más rápidamente que
le número de dientes. Esto produce una falta de espacio que impide la normal
erupción de éstos. En su intento por salir, los cordales, empujan al resto de
dientes que ya están colocados en la arcada, pudiendo provocar apiñamiento y
malposición de los mismos. De igual manera, los intentos de erupción de estas
muelas provocan episodios de dolor, inflamación y supuración. Los caninos
incluidos generalmente presentan una falta de espacio en la arcada o bien su
posición dentro del hueso es incorrecta. En la mayoría de casos el diente "de
leche" permanece incluso hasta edad adulta, ya que no es empujado por el
definitivo. Por otra parte, el canino incluido puede lesionar las raíces de los
dientes cercanos a él e incluso provocar su caída. La importancia de extraer
los dientes o muelas incluidas radica en que estos dientes son una bomba de
relojería, que pueden empezar a dar problemas en cualquier momento. Y siempre
es mejor realizar la extracción cuando no existe sintomatología ni molestias,
ya que el postoperatorio es mejor.
MARIA DEL PILAR
HURTADO M.
ODONTOLOGA
UNIVERSIDAD CES
DOCENTE ICCT
CEDECO